jueves, 7 de enero de 2010

Señales

Nos toma tiempo reaccionar frente a varias situaciones, buenas o malas. A veces nos pintamos de tristeza y asumimos errores ajenos simplemente porque nos cuesta mirar una triste realidad. Si te fallan una vez, es tu culpa y es tu deber perdonar y regalar otra oportunidad. Si te fallan dos veces, la culpa es de la otra persona, y tu deber es perdonar pero ya jamás regalar la más mínima oportunidad.

Mientras íbamos en el carro hoy en la mañana con mi sobrina Kaly, venía conversando con Dios y le preguntaba ¿Porqué no me das una señal para aceptar y mirar la realidad y volver a vivir? De pronto un carro inesperadamente se cruzó, frené, el carro se desestabilizó, literalmente me moví por unos cinco metros de manera lateral, enderecé la dirección, logré controlar le carro y me asusté, en ese momento recién reaccioné.

Me enojé con aquella persona que se cruzó en mi camino y destabilizó mi normal ruta, casi provoca que me accidente, pero salí ileso. Entonces comprendí que estoy vivo y Dios me hizo que reacioné frente a esa realidad en segundos. Logré salir de ese posible accidente y continúe adelante. Perdoné a aquel conductor distraído pero aprendí que en la vida hay muchas personas distraídas que pueden afectar mi vida. A esas personas hay que disculparlas pero alejarse pronto de ellas, ya que es posible traten de accidentar nuevamente tu vida.

De esas personas que dañan tu vida, aléjate, no por odio o rencor, simplemente mira a través de actos y acciones lo que Dios quiere mostrarte. No forces las cosas, solo déjalas ir.

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