domingo, 12 de septiembre de 2010

Esa gran conexión

He comprendido que la mente depende mucho del corazón. La naturaleza del ser humano es vivir siempre en tentación. Varias son las ocasiones que son débiles, porque somos débiles de corazón. Esa debilidad no es solo carnal sino espiritual, y lo espiritual es la esencia del ser humano. Si en nuestro interior hay falta de pureza, de fe, de Dios, simplemente estamos expuestos a las tentaciones y somos sumamente vulnerables a caer en ellas. El problema no está en qué se nos presenta, sino en cómo reaccionamos frente a esos estímulos.

Tenemos que preocuparnos más en lo que somos o tenemos que en lo que hay afuera. Cuando ese fuego de pureza y esperanza que es Dios llene tu interior, esas tentaciones desaparecerán porque la mente está conectada con el corazón. Tus pensamientos son acciones que de ser puras y sinceras, con certeza serán buenas porque saldrán de tu corazón. Lo que hagas, digas o pienses es lo que en tu interior anida.

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