
Alguna vez compartí lluvias románticas. Otras eran groseras. Muchas eróticas. Pero jamás como hoy disfrute el siseo de las gotas al tocar una ramas secas de nostalgia y olvido. Como de a poco sube y baja el ritmo de la pertinaz lluvia. Tenemos días secos, tenemos noches oscuras, trabajos perdidos, y tiempo olvidado. No llueve.
Pero hoy sí. Hoy contemplo esta lluvia y la disfruto, porque la necesita todo el mundo. Porque quiero sentir frío y no de soledad sino de agua. Quiero refrescar mi cuerpo y alma del calor sofocante y estrepitoso que soporta esta sociedad. De vez en cuando y ahora más que nunca todos necesitamos una mojadita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario