jueves, 19 de noviembre de 2009

Sin Sangre

En que momento de la historia, las personas dejaron de lado la verguenza, aquella emoción que nos hace saber que somos finitos, que no podemos ir más allá, no porque sea malo sino por respeto a los demás. He encontrado en la calle a más de una persona que en vez de formar parte de una solución, trata de evadirla. He visto como la mentira e hipocresía inundan la lealtad hasta destruir la esencia misma de la confianza. Es gente sin sangre.

Cada uno es libre de hacer lo que quiera hacer. De acuerdo. ¿Pero? Es justo amaniatar a otras persona. Utilizar a otras personas. Jugar con emociones de otras personas. Es la forma más vil y cruel de saberse no finito, sino pensar que no solo eres dueño de ti sino de lo que haga el resto, por ti.

Tengo una bronca contenida porque este es el primer indicador de la injusticia, de la corrupción. Nos quejamos de la soberbía de ciertos políticos, que por cierto no solo son soberbios sino además despotas, y no vemos en nosotros mismos la falta de sangre que tenemos. La frialdad frente a una mano que nos ayuda. El desprecio frente a una mano que pide ayuda.

Estamos viviendo de verdad o estamos siendo SIN VERGUENZAS de verdad. Las personas que pierden la sangre, pierden la esencia, la paz, la confianza, la alegría, las personas que pierden la sangre de la cara, pierden su ser, su personalidad, se pierden.

Sin sangre en el cara, sin escencia en el alma, sin ritmo el corazón. Eres un(a) Cerril.

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