Sí. Es que para ser rojo o progre hay que ser rico. En cambio los pobres sólo podemos ser de derechas. El que es pobre y de izquierdas o es imbécil o está subvencionado.
Joaquín Sabina, miembro de la clase moralmente superior, misionando:
"Hay que seguir siendo rojo, ser rojo significa justicia, significa igualdad de oportunidades."
Sabina, invirtiendo el dinero que ha ganado y respetando al prójimo:
La escena tiene lugar en un lujoso hotel de Praga, a principios de este año y a altas horas de la madrugada. Los protagonistas son dos: el escritor y poeta Benjamín Prado y el cantante y también poeta Joaquín Sabina. El primero acaba de conciliar el sueño. El segundo grita en el pasillo: "¡Benja! ¡Benja! ¡Benjaaaaaaaa!". Cuando Benja logra despegarse de las sábanas y abrir la puerta, "ya había varios clientes con la cabeza fuera de sus cuartos y sangre en la mirada, llamándonos hijos de puta en cuatro idiomas", relata Prado.
Si fuese progre, quizás podría ir de acompañante de algún titiritero a emborracharme en un hotel de lujo mientras echamos pestes de las mujeres -esas zorras que nos dejan pese a todo lo que hacemos por ellas- y fastidiamos el sueño a los ricachones amigos de Bush.
Sabina y sus locuras de poeta y trovador.
Fuente: Pedro Fernández Barbadillo, 19 de noviembre de 2009 a las 17:58
Joaquín Sabina, miembro de la clase moralmente superior, misionando:
"Hay que seguir siendo rojo, ser rojo significa justicia, significa igualdad de oportunidades."
Sabina, invirtiendo el dinero que ha ganado y respetando al prójimo:
La escena tiene lugar en un lujoso hotel de Praga, a principios de este año y a altas horas de la madrugada. Los protagonistas son dos: el escritor y poeta Benjamín Prado y el cantante y también poeta Joaquín Sabina. El primero acaba de conciliar el sueño. El segundo grita en el pasillo: "¡Benja! ¡Benja! ¡Benjaaaaaaaa!". Cuando Benja logra despegarse de las sábanas y abrir la puerta, "ya había varios clientes con la cabeza fuera de sus cuartos y sangre en la mirada, llamándonos hijos de puta en cuatro idiomas", relata Prado.
Si fuese progre, quizás podría ir de acompañante de algún titiritero a emborracharme en un hotel de lujo mientras echamos pestes de las mujeres -esas zorras que nos dejan pese a todo lo que hacemos por ellas- y fastidiamos el sueño a los ricachones amigos de Bush.
Sabina y sus locuras de poeta y trovador.
Fuente: Pedro Fernández Barbadillo, 19 de noviembre de 2009 a las 17:58
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